Draghi pretende así frenar algunos riesgos que tienen relación con la prolongada incertidumbre, que es resultado de factores geopolíticos, la creciente amenaza del proteccionismo y la vulnerabilidad de los mercados. Pero, además, el organismo europeo, con sus últimos movimientos, reconoce de forma explícita que la situación económica a nivel global se acerca hacia un proceso de final de ciclo, con una desaceleración que ya es más que evidente.
Sin ir más lejos, Alemania cayó un 0,1% en el segundo trimestre y varios organismos empiezan a reducir las previsiones de crecimiento para la economía española, del 2,4% a 2% para 2019, en el caso del Banco de España. Al otro lado del Atlántico, siguiendo esta misma línea, la Fed ha completado dos bajadas de 25 puntos básicos en los tipos de interés, tras una década de una política de recuperación progresiva de los tipos.
A esta coyuntura,
con argumentadas dudas sobre el crecimiento que experimentará la economía en los últimos años, se suma la volatilidad que se ha convertido en la verdadera protagonista de los mercados en los últimos tiempos. Tras la desastrosa recta final del año pasado, el primer semestre se comportó sorprendentemente bien en los mercados, aunque el Ibex se deja un 4% en el último año. En definitiva, bandazos que el inversor particular debe tener en cuenta siempre a la hora de tomar cualquier decisión de inversión, con el objetivo puesto en preservar capital en los momentos complicados y encontrar oportunidades de rentabilidad cuando los mercados lo permitan.
No obstante, en la situación actual, con tipos en niveles tan bajos, cabe tener claro que
es necesario elevar algo el riesgo si queremos obtener algo de rentabilidad en nuestras inversiones. Sin duda, las decisiones en este ámbito son más complicadas ahora que hace 15 ó 20 años, cuando la renta fija ofrecía la posibilidad de alcanzar rentabilidades del 8-10% que ahora son impensables, con el bono español en casi todos los plazos en negativo.
Ahora, esa rentabilidad solo se alcanza asumiendo determinados riesgos, de ahí que el asesoramiento financiero de calidad adquiera mucha mayor relevancia.